Sobre las Hermanas
La Historia de las Misioneras de Eucaristía
“Nacimos de la tradición contemplativa y monástica de Adoratrices Guadalupanas del Santísimo Sacramento y de Santa María de Guadalupe; establecidas en la Colonia Villa de Guadalupe, Ciudad de México.
Por petición del Padre J. Jesús Ursúa y con aprobación del Excmo. Sr. Obispo José Amador Velasco, se estableció la orden religiosa en Colima en 1906, con un colegio para niñas.
Dependemos de las Adoratrices Guadalupanas hasta 1924, fecha en que optamos por pertenecer a la Orden de Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento, fundada en Roma por la Beata Ma. Magdalena de la Encarnación. Por ser una orden contemplativa, continuamos renovando cada cinco años el permiso para atender el Colegio de niñas. Hasta que, en 1943 el permiso fue definitivo. Respondiendo al llamado de la Doctrina del Concilio Vaticano II y a las mociones del Espíritu Santo, buscamos nuestro lugar-misión en la iglesia y en la sociedad, teniendo como resultado la Transformación del Monasterio el 25 mayo 1972 en una Nueva Congregación Religiosa adaptada a los tiempos y apostolados necesarios.
Somos mujeres que buscamos desde la centralidad en Jesús, adorar, renovar y crear a través de la formación inicial y permanente, la manera de ser discípulas-misioneras, de vivir en comunidad y de optar por los-las marginadas-os y excluidas-os: humanizando, educando y liberando, para hacer sentir a los hermanos y hermanas el amor que Dios nos tiene, como lo hizo Jesús, y así colaborar en la extensión del Reino de Dios.
Como la mujer samaritana, somos enviadas para ser signo de una humanidad plena, viviendo el carisma de “Adorar al Padre en Espíritu y Verdad” (Juan 4,24). En plena humanidad reconocemos nuestras debilidades y el llamado de Dios a liberarnos de ellas para servir a nuestros hermanas y hermanos con amor y ternura, viviendo nuestras virtudes”.