Hermana Alicia Guevara Pérez: Una vida que siembra esperanza paso a paso
Posted on 12/11/2025 @ 06:24 AM
A sus 64 años, la Hermana Alicia Guevara Pérez sigue caminando con la misma alegría y convicción que la han acompañado durante más de tres décadas de servicio. Durante los últimos cinco años ha acompañado a familias zapotecas en su vida de fe: escucha sus preocupaciones, celebra y apoya sus logros y permanece cerca mientras construyen comunidades más fuertes. Su historia es sencilla, humilde y profunda: la esperanza crece cuando se comparte.
Sus raíces: un llamado que nació del servicio
La Hermana Alicia nació en El Grullo, Jalisco. Desde niña se involucró en actividades parroquiales y encontraba satisfacción en servir. Ese deseo de ayudar la llevó, en 1991, al Instituto de Pastoral Social del Sureste Mexicano, donde se formó como animadora comunitaria. Esa etapa definió el rumbo de su vocación misionera.
Desde entonces, su servicio dejó de ser solo una participación voluntaria y se convirtió en misión. Su liderazgo creció dentro de la pastoral social, donde ha trabajado con fidelidad por más de treinta años.
Construyendo comunidad: proyectos que transforman
Uno de los frutos más visibles de su labor es la creación de espacios donde la comunidad puede fortalecerse y crecer. Junto con otras mujeres, formó tres grupos de trabajo que ofrecen apoyo, formación y oportunidades para desarrollar habilidades:
- Bordadoras Puntadas Mágicas
- Cajas de ahorro
- Medicina alternativa
Estos proyectos representan esperanza y transformación, porque permiten que las mujeres descubran sus dones, generen ingresos, cuiden a sus familias y comunidades y amplíen su sentido de autonomía y pertenencia.
Desafíos y perseverancia: resistir con esperanza
Su camino no ha estado libre de dificultades. La falta de recursos, la indiferencia o las limitaciones de infraestructura son parte del día a día. Sin embargo, la Hermana Alicia insiste en algo fundamental: cuando la comunidad se une, siempre encuentra salida.
Gracias a ese espíritu colectivo, hoy trabajan en la construcción de un centro comunitario donde podrán reunirse, formarse y seguir sirviendo. Es un sueño que se levanta con fe y con muchas manos.
Un legado: liderazgo que inspira
Lo que más la inspira es ver a otros crecer. Disfruta especialmente acompañar a mujeres y jóvenes para que descubran sus talentos y se sientan parte viva de la Iglesia. Su rostro se ilumina cuando una mujer asume un rol de liderazgo o cuando un joven encuentra su lugar en la comunidad.
Sus palabras resumen su misión:
“Mi gran deseo es que mis hermanos y hermanas puedan experimentar el Amor de Dios y de nosotros.”
La vida de la Hermana Alicia demuestra que el liderazgo verdadero nace de la constancia, la cercanía y el servicio. Su historia es un testimonio de cómo la esperanza se convierte en comunidad, en acción y en fe compartida.
Una reflexión final
La Hermana Alicia Guevara Pérez nos recuerda que una sola vida entregada al servicio puede fortalecer a todo un pueblo. Camina con su gente no desde arriba, sino desde adentro. Su misión sigue floreciendo en nuevas generaciones de mujeres, familias y jóvenes que continúan este camino.
Es, en todos los sentidos, una sembradora de esperanza.
