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Trabajo Pastoral en Oaxaca

Posted on 05/21/2024 @ 07:24 AM

Tags: Oaxaca, Ayuda Humanitaria, Misión, Indígena, Comunidad

En el corazón de San Francisco Cozoaltepec, una comunidad predominantemente zapoteca en la Diócesis de Puerto Escondido, una combinación de lucha económica, tradición religiosa y dinamismo social da forma a la vida cotidiana. A pesar de las altas tasas de analfabetismo entre las mujeres y el desafío de cubrir los gastos familiares, estas mujeres trabajan incansablemente para criar a sus hijos, lo que contribuye significativamente a la resiliencia de la comunidad.

Panorama económico

La economía local gira en torno a la agricultura y la ganadería, y las familias cultivan maní, chile, jamaica, sandía, papaya, maíz y calabaza. También crían animales como gallinas, cabras y pavos. Aproximadamente el 20% de las familias se benefician de las remesas enviadas por familiares en los Estados Unidos, que brindan un apoyo crucial durante enfermedades y desastres naturales. La economía informal, compuesta por puestos de tacos, cafeterías y la venta de tamales, tortillas y otros productos caseros, también juega un papel importante. Dos asociaciones principales, "Propiedad Comunal" y la "Asociación Ganadera", junto con varios comités comunitarios, trabajan para abordar las necesidades locales y mejorar la estabilidad económica.

Esfuerzos misioneros y desarrollo comunitario

Las Misioneras de la Eucaristía llegaron a la región en el 2009, impulsadas por una misión de apoyar y levantar a los pobres. En 2011, a petición del primer Obispo de la Diócesis, se estableció una comunidad de tres hermanas en San Francisco Cozoaltepec. Su trabajo se expande a 48 comunidades, enfocándose en catequesis, grupos de jóvenes, coros, medicina alternativa, ahorros e iniciativas de pequeñas empresas.

En el 2013, la misión se convirtió a ser itinerante: las hermanas pasaban la mitad de cada mes en Santo Domingo y la otra mitad en varias comunidades remotas. Se involucraron con diversas culturas, incluidas amuzga, mixteca, tacuate y zapoteca, participando en actividades pastorales indígenas diocesanas y reuniones nacionales.

Impacto y logros

Los esfuerzos de las hermanas han impactado significativamente la vida local. Su trabajo con catequistas, grupos de jóvenes, coros, cooperativas de mujeres y medicina alternativa ha fortalecido los lazos comunitarios y brindado servicios esenciales. Han ayudado a cultivar habilidades de liderazgo y organización entre la población local, fomentando un sentido de solidaridad y apoyo mutuo.

De 2014 a 2019, la misión vio a novicios y jóvenes, muchos de origen indígena, vivir y aprender dentro de la comunidad, enriqueciendo su discernimiento vocacional y comprensión cultural. Estas experiencias han reforzado los objetivos de la congregación en su compromiso de humanizar, educar y liberar a través del amor de Dios.

Asistencia Humanitaria en Emergencias

Las hermanas también han sido fundamentales a la hora de brindar asistencia humanitaria en momentos de emergencia. En tiempos de desastres naturales y crisis sanitarias, como la pandemia de COVID-19, sus esfuerzos han sido un salvavidas para muchos. Distribuyeron alimentos y suministros esenciales a familias afectadas por la pandemia y los recientes huracanes, mostrando solidaridad y apoyo en tiempos difíciles. Esta asistencia se extendió a quienes perdieron a sus seres queridos o se enfermaron, asegurando que nadie enfrentara sus dificultades solo.

Proyecto Mujeres Bordando Sueños

Una de las iniciativas destacadas es el proyecto Mujeres Bordando Sueños, una cooperativa de mujeres que crean y venden prendas bordadas. Este proyecto no sólo proporciona una fuente de ingresos para las mujeres involucradas, sino que también preserva y promueve las técnicas tradicionales de bordado zapoteca. Al empoderar económicamente a estas mujeres, el proyecto les ayuda a obtener independencia financiera y apoya a sus familias, contribuyendo a la resiliencia económica general de la comunidad.

Pastoral Juvenil y Vocacional

La pastoral juvenil y vocacional siguen siendo prioridades, y la comunidad apoya a seis grupos de jóvenes en colaboración con un diácono y un laico comprometido. Estos esfuerzos tienen como objetivo fomentar los intereses vocacionales y profundizar la vida espiritual de los jóvenes. A pesar de los trastornos de la pandemia, que llevaron a muchos jóvenes a dejar de estudiar o emigrar por motivos económicos, la comunidad sigue dedicada a formar a la próxima generación.

Conclusión

La combinación de resiliencia económica, tradiciones religiosas profundamente arraigadas y fuertes vínculos comunitarios de San Francisco Cozoaltepec pinta una imagen de una sociedad vibrante y dinámica. Los continuos esfuerzos de los Misioneros de la Eucaristía y la capacidad de la comunidad para adaptarse a los desafíos resaltan un compromiso compartido para mejorar vidas a través de la fe, la educación y el apoyo mutuo. La historia de Cozoaltepec es una historia de perseverancia, devoción y la fuerza duradera de la herencia cultural y espiritual.

Gracias a la dedicación de las hermanas y a iniciativas como Mujeres Bordando Sueños, San Francisco Cozoaltepec continúa prosperando, demostrando que incluso ante la adversidad, el espíritu de la comunidad sigue siendo inquebrantable.

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